Por: Edna Montes
Supongamos que esta historia tiene un personaje masculino al que de ahora en adelante llamaremos «Laurencio» para no confundirnos. La vida del susodicho es de lo más normal para un hombre que lo mismo puede estar en los mediados de sus 20 o sus 30. Anodino como el que más, quien luego de mensajearse con su match de Tinder, Clarisa, consigue una cita en el mundo analógico. Ella tiene un carácter aventurero, casi salvaje. Él está fascinado y en algún punto, entre bocados o tragos, Laurencio esboza su mejor sonrisa y le dice a su acompañante «Tú no eres como las otras».

Para Laurencio, a pesar de ser una frase hecha, es un cumplido sincero. Algunas mujeres se lo toman mejor que otras. Laurita la de la oficina se ofendió, Mariana le preguntó a qué se refería y él solo atinó a decir «Ya sabes, no eres como todas las demás mujeres», después la cita se puso muy incómoda. Con Dalila le fue bien, ¿a quién no le gusta sentirse única y especial? Aunque, para decepción de Laurencio, resultó que ella siempre sí era «como las demás» (lo que sea que eso signifique).

Vamos, el galán hace lo mejor que puede con lo que tiene. Aun así, la afirmación levanta muchas dudas respecto a la metodología que la respalda, si tal cosa existe. Por ejemplo: ¿De verdad conoce Laurencio a TODAS las demás? ¿Cuál es aquel perfil en común que todas las mujeres del planeta, menos la destinataria del «cumplido», comparten? ¿Basta una idea tan general para justificar la atracción que el sujeto siente por una? ¿Es mejor o peor no ser «como las otras»?
Ya entrados en honduras: Marie Curie, Scarlett Johansson o Serena Williams: ¿Son parte de las otras? ¿También la mamá de Laurencio?

Mientras la mente de Clarisa corre a mil por hora tratando de determinar si debe sentirse ofendida o convencida de que solo ella puede abrir los horizontes de Laurencio hacia cosas más nuevas y emocionantes (decisión que dejaré a elección del lector), dejemos a ese par solos, hablemos sobre todas esas historias en las que es MUY importante tener una chica que «no es como todas las demás». Seguro pueden recordarla sin mucho esfuerzo: esa criatura maravillosa, la brisa fresca que dará sentido a la vida del protagonista masculino. Porque sí, él siempre está a la espera del milagro, de la Manic Pixie Dream Girl prometida. Esa mujer especial cuyo único motivo para figurar en esta historia es abrir el corazón del hombre al indescriptible gozo de una vida llena de aventuras.

Cuando este tipo de historias ocurren, todo es felicidad… hasta que resulta que la mujer en cuestión es una persona real con sus aspiraciones, deseos y metas propias.
El problema no viene necesariamente del uso, siempre popular y nunca agotado, de la Manic Pixie Dream Girl como un estereotipo al contar historias. Se origina en la forma en que esas historias se cuentan y para quién. Una trama donde toda la agencia de los personajes femeninos es darle significado a la vida de un Laurencio cualquiera es superficial. Así como Clementine cuando le grita a Joel en «Eterno resplandor de una mente sin recuerdos» que no debería esperar que ella lo salve porque es una chica jodida con sus propios problemas, es tiempo de reconsiderar las formas en las que contamos las historias de las mujeres. De replantearnos por qué solo importan si su labor es la de rescatar a un hombre cualquiera del tedio cotidiano cuando ellas llevan a cuestas sus propios dolores diarios. ¿Por qué importa más que «no sea como las demás» cuando basta con que sea ella misma?

Canción:
Recapitulando:
No como las otras chicas / Manic Pixie Dream Girl
Fórmula:
El protagonista masculino lleva una vida aburrida y llena de tedio/ Conoce a una chica que «no es como las demás» que le resulta única y fascinante debido a su carácter libre, aventurero o disruptivo/ La chica le enseña al protagonista a vivir la vida de manera más intensa/ Tras enseñar la lección de hacer que cada día cuente, la Manic Pixie Dream Girl desaparece de la historia.
Como lo viste en:
«(500) Days of Summer» (Película, Marc Webb, 2009)
«Ella Enchanted» (Película, Tommy O’Haver, 2004)
«Eterno resplandor de una mente sin recuerdos» (Película, Michel Gondry, 2004)
«Pushing Daisies» ( Serie, ABC, 2007)
«King Kong» (Película, Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, 1933)
«Chrono Crusade» (Anime, Gonzo, 2003)
«Angel Beats!» (Anime, Aniplex, 2010)
«Video Girl Ai» (Manga, Masakazu Katsura, 1989)
«Scott Pilgrim» (Comic, Bryan Lee O’Malley, 2004)
Fotografía de portada: Kníze / @martz90
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