Lo mejor del 2019 por Cecilia Magaña
Este año no me siento culpable: sigo viendo muchísima televisión, pero ya no me angustia. Me he vuelto cínica, supongo. Hace un par de años me preguntaba si ver tanta serie me serviría para hacerme preguntas como narradora y hoy me respondo que sí (ya hablaremos luego, a ver si neta se refleja en las novelas). Por lo pronto estas son las siete historias cuyos personajes me emocionaron este año. El orden en el que las nombro no implica nada, aunque es cierto que al final aproveché para tirar un poco de caca (pueden saltar directo al número 7 y volver al principio, si no se aguantan):
1. Undone (Amazon Prime, 2019)
Escrita por los creadores de BoJack Horseman explota todos los recursos de la animación para narrar una historia sobre secretos familiares y viajes en el tiempo. Logra hacer reír al espectador sin dejar de chingarlo con preguntas existenciales sobre la naturaleza de la realidad y la locura y sus guiños a México la vuelven especialmente cercana. Creí que ver a Odenkirk en dibujitos sería lo mejor, pero su protagonista, interpretada por Rosa Salazar no solo está a la altura del protagonista de Better Call Saul, sino que es memorable por sí sola.
2. Fleabag (Amazon Prime, 2016)
Por el humor descarado de Phoebe Waller-Bridge, sus juegos con la cuarta pared, el extraordinario manejo del ritmo y del absurdo, la calidad de sus monólogos y la actuación de todos lo que participan en ella. Es tan buena que en la segunda temporada hasta Dios se involucra en la trama.
3. Barry (HBO, 2018)
Lo que más me impresiona de esta serie es su manejo del tono y su justicia poética: logra hacerte reír y estremecerte porque salta de la comedia a la tragedia en segundos y no perdona a sus personajes… les pasa factura a todos. Sus intertextos de Shakespeare y un montón de películas viejas hicieron feliz a la ñoña que vive en mi interior.
4. Inconcebible (Netflix, 2019)
Narrada a través de dos historias en contrapunto: el caso de un violador serial y la vida de una chica a quien el sistema no deja de cobrarle haber denunciado una violación y luego dudar. Una demostración de que la mirada femenina sobre un fenómeno puede no solo renovar una fórmula, sino hacer un producto que te pone la piel chinita y te hace pensar y te emputa al mismo tiempo.
5. Euforia (HBO, 2019)
El maquillaje y el vestuario para construir las identidades de sus personajes y transformación, el manejo de cámara y sus transiciones podrían bastar par recomendarla independientemente de la historia que neta, neta, si la contaran de manera lineal sería una pendejada. Ahí está su gracia: además de su valentía para hablar de sexo y drogas sin ningún filtro, cuenta con una serie de mañas narrativas que la hacen más que gozable. No la veas con tus papás a menos que quieras ver cómo se sonrojan y les entra la paranoia.
6. Chernobyl (HBO, 2019)
Lo tiene todo: estructuras narrativas, caracterización, diseño sonoro, musicalización, diseño de producción, dirección de actores, una excelente adaptación de las crónicas de Svetlana Alexeievich, un buen manejo del chisme y de los datos, pero sobre todo una maña audiovisual que maman de distintos géneros para transmitir el horror intangible, radioactivo y sistémico, que es el verdadero protagonista de esta historia. Contraindicada para reproducirla durante la cena o mientras comes cualquier cosa.
7. Frontera Verde (Netflix, 2019)
El cineasta colombiano Ciro Guerra hace una serie de autor con los temas que tanto le gustan: la magia, las culturas originales y el crimen. Tiene una protagonista fuerte, diálogos que te cagas y una fotografía espectacular. Debo admitir que el villano que se parece a Julio Cortázar me salió debiendo, pero todos los demás personajes bastan para elogiarla. Ojalá las productoras nacionales tomaran nota y soltaran presupuesto para que cineastas que no se llaman Manolo Caro hicieran buena televisión.
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